martes, 8 de mayo de 2012

Las mamás como yo

A propósito del dia de la madre.
Vamos a probar suerte, y a tratar de plasmar ciertas ideas que merodean mi cabeza. Quienes me conocen de verdad, saben que sólo Dios ve lo que realmente revolotea allí dentro. Mis pensamientos van a mil y cuando los quiero vocalizar, simplemente, no. La elocuencia verbal no es uno de mis fuertes. Tampoco lo es ese don de adornar cada palabra tan bonitamente (ya ven) para hacerse acreedora y digna de un blog que le dicen. Yo soy coloquial. No me callo la boca, mucho menos la mente.
Esta semana que todo es “MAMA POR AQUÍ, MAMÁ POR ALLÁ, REGALALE ESTO A MAMA, CONSIENTE A MAMÁ” y toda la basura publicitaria que conlleva cualquier celebración alrededor del mundo, me hace reconocer y dar gracias a Dios que como hijas, mis hermanas y yo SIEMPRE hemos HONRADO, a ese ser maravilloso (un poco difícil de tratar últimamente) que es mi madre preciosa.  Coincidencia o patrón, las tres repetimos ese maravilloso trabajo de STAY HOME MOMS como le llaman ahora. Para muchos una dicha, y hasta envidia nos tienen. Claro, la bendición de estar TODITO el tiempo cerca de tus hijos y verlos crecer frente a tus ojos, experimentar su “primer todo” cometer uno sus propios errores, eso no tiene precio. Por otro lado, los varones (amigos generalmente del esposo)  así como envidian en el mismo grado el “lujo” que conlleva que la esposa se quede en casa, recalcan la idea que ellos no podrían hacerlo, con el alto costo de la vida y el estilo de vidas (mas bien de deudas) en lo que se acostumbran a vivir.  Las progresistas mamás ejecutivas, esas que ganan super, que siempre están bien peinaditas, uñas acrílicas, y se conocen cualquier rincón para tomarse un café y mas de alguna decisión, si, ellas, pues nos tachan de “tontas”. Cómo podemos quedarnos en casa, si los tiempos ya cambiaron. Que deplano tu esposo es un machista que no te deja ir a trabajar. Que los hijos se crian solos, y que lo “UNICO” que hay que hacer es guiarles su camino y enseñarles lo bueno y lo malo. Haber señoras, están seguras que con sólo eso basta? Acaso no son las mismas que lamentaron perderse la primera palabra de sus hijos, sus primeros pasos. Acaso cuando sus hijos se enferman y por causas de trabajo no pueden faltar, andan con el Jesús en la boca, pensando como siguió su hijo?
Es algo complejo. No hay dos glorias juntas. Claro que quedarse en casa siendo “mamá” es lo más gratificante del mundo. Es cierto que la cara de alegría cuando te ven  tus pequeños cuando bajan del bus escolar o se suben al carro cuando vas por ellos se te queda grabada en el corazón. También es cierto que al pasar los años, tus hijos se acostumbran tanto a que estés en casa que esa carita de alegría se transforma en un “Qué hiciste de comer hoy?”.  Si bien es cierto que por las mañanas los despedimos con mimos y bendiciones, ya en la tarde a veces, hasta” hola” se les olvida decir, están cansados, malhumorados, etc.  Y una de mamá tiene que sacarle las palabras con cuchara porque “están demasiado cansados para hablarte”.
Las mamás que nos quedamos en casa tenemos desafíos. El mayor desafío en mi opinión, es que los hijos aprendan a ver a sus madres como un apoyo, una ayuda. Y no como su “salvavidas personal” la que siempre va a estar allí para sacarlos de apuros  por sus irresponsabilidades. Tampoco somos sus esclavas. Estamos para atenderlos no para servirlos. No importa si son mujeres o varones.  Y aunque suene banal, un gran desafío en estos días para las mamas que nos quedamos en casa, es la imagen. Cómo  nos ven nuestros hijos?. La mamá de fulanito vieras que bonita. Y por qué no te pones ropa así como la que usa la mama de mi amiga tal… (mija esa señora es un palillo, todo le queda bien).
 Las mamás que nos quedamos en casa, contrario a lo que piensan los esposos (que nos sobra el tiempo. Já si pues) sufrimos de estrés, claro que si. Quedarse en casa siendo la mamá es genial… a mi me encanta.  Más me encantaría quedarme en casa siendo una mamá de esas que va al gym, al salón de belleza, al café con las amigas, de compras.  Tranquila de la vida porque tiene quien se ocupe de esos pesados labores. Y cuando regresa ya esta todo listo, qué lujo!!. Pero nací en cuna equivocada y me casé con uno igual de plebeyo, así que la mayoría de esas labores las realizo yo. Me tengo que apurar, para que todo esté listo. Y porque si uds vieran mi casa por las mañanas como la dejan mis tres terremotos, les da ataque. Por más que uno suplique que sean cooperadores, NO…para eso esta mama.  Les aprieto las riendas a mis hijas y reaccionan de maravilla y cooperan. Mi esposo no. Tiene el patrón inculcado en su ADN que la esposa y madre es la que hace todo maravillosamente bien al igual que su mamá hizo con ellos 4. Que la mejor expresión de amor de una madre hacia un hijo, es la abnegación y el servilismo. Luchar con esos fatales errores de crianza, es otro desafío. Agradezco al cielo que no me dio hijo varón porque sería causa de discordias en esta casa. (más todavía)
Las mamás que estamos en casa nos cansamos. Claro, podemos darnos el lujo de un pestañazo durante cualquier hora del día… pero aunque no lo crean, se paga caro. Tenemos que ingeniárnosla para sorprender en la cocina, porque las ideas se le acaban a uno. Cuando una cree que hizo algo genial, los comensales prefieren comer cereal con leche porque “no les apetece”.  Y por si fuera poco, tenemos que tener super poderes de todo tipo para saber dónde exactamente está cierto objeto que alguien no encuentra. Tenemos que tener todo en la punta de la lengua. Tenemos que acordarnos hasta de lo que No nos dijeron. Ni qué decir que nos ven cara de google o de calculadora…
Cuando les digo que no hay dos glorias juntas pienso en una amiga a quien quiero muchísimo. Profesional con maestría. Ha trabajado TODITA su vida. Tiene la bendición que la oficina del esposo está en su casa, así que si hay que aplicar ley, allí estará papá. Tiene y siempre ha tenido de esas empleadas que consienten al esposo tal cual suegra (de las buenas). Se ocupa de todito. Ella no tiene que pensar ni qué se va a hacer de almuerzo… la empleada decide todo. Ella no se mete en la cocina más que para tomar agua creo. Llega del trabajo, sus hijos la reciben como que no la vieron en SEMANAS, con aquella alegría e ilusión, le alcanzan pantuflas, le preguntan cómo le fue. Y ella cansada y orgullosa de su día laboral más de algo les cuenta. Pregunta si hicieron tareas, las revisa si puede, descansa un ratito, la llaman que la cena está lista y ya! Se levanta de la mesa, platica con el esposo, convive con los hijos y se acabó su dia…  Y yo todavía lavando los trastos de la cena!!  Sé por su boca que lamenta no estar con los hijos, pero es de las POCAS personas que admiro. Tienen una familia unida, con problemas como todos, pero de esas familias bonitas. La única parte de su vida que envidio es la admiración con la que sus hijos la ven.
  Mi carrera los últimos 16 años ha sido ser mamá tiempo completo.  No gano plata por hora, mucho menos por mes. Hay sacrificios de todo tipo. Los que más pesan obvio son los de tipo económico.  No ando de sufrida, pero cuando solo hay un sueldo hay que pensarla dos veces.
Doy gracias a mi Dios por haberme dado una madre ejemplar, de la cual yo absorbí lo bueno y lamentablemente algunas cosas malas. Pero siempre me enseñó el valor del trabajo del esposo. Me enseñó que ella se quedaba en la casa NO porque no supiera hacer nada, siempre fue bien arrecha como decimos, le echaba el hombro a mi papa cuando se le trababan las carretas. Ella se quedó en la casa porque no quiso confiar la formación de tres hijas mujeres a extraños.  Porque así como yo, lo decidió juntamente con su esposo. Porque los abuelos están para compartir vida con los nietos, no para criar otra vez. Nos enseñó que una mujer de su casa es decente, amable. Que tratar con respeto a TODOS desde el que saca la basura hasta la visita más importante era una regla. Que un vaso de agua se le ofrece hasta al cobrador del cable. Que si teníamos señoras que llegaban a ayudar a la casa, se les trataba bien. Tantas cosas que repito e inculco en mis hijas. En unos años cuando pasen la balanza juzgadora de cómo hice mi trabajo… Espero, sólo espero que digan NO PUDIMOS TENER MEJOR MAMA QUE TU!!!!